dimarts, 21 d’abril del 2009

Helada

Aquest llibre de Thomas Bernhard no és recomanable per a gent amb tendències depressives. És una constant visió tètrica del món. Paràgraf rere paràgraf t’endinses en la foscor i penombra d’una visió tenebrosa i trista de l’existència humana, Ara bé, és molt però que molt interessant. Dins del garbuix de malediccions s’hi poden extreure idees comprensibles com aquestes:

“El bienestar sólo llega hasta las orillas de la alta montaña. Aquí, sin embargo, todo está oscuro. Aquí hay trabajo y pobreza nada más. Aquí lo que hay es ahorcarse y tirarse al río. El sindicato dice muchas cosas. Los partidos dicen muchas cosas. Pero nada cambia. A los cuarenta años, esos hombres están destruidos. Acabados.”

“La porquería que se reprocha a los periódicos es, al fin y al cabo, la porquería de los hombres y no la porquería de los periódicos. ¿Comprende usted! Los periódicos hacen bien en mostrar a los hombres en su espejo tal como son… es decir, repugnantes”.


Sabe usted, el baboseo artístico, esas relaciones sexuales entre artistas, esa asquerosa excitación general por el arte y los artistas, sabe usted, me han repelido de siempre, esas nubes amenazadoras del más bajo instinto de conservación y luego, la envidia…La envidia mantiene unidos a los artistas, todo el mundo envida todas y cada una de las cosas a todo el mundo… (…) Los artistas son hijos e hijas de la repugnancia y de la desvergüenza paradisíaca, son los archihijos y archihijas de la indecencia, los artistas, los pintores, los escritores, los músicos, son los forzados del onanismo sobre la tierra, sus repugnantes centros de crispación, sus periferias ulcerosas, sus códigos de procesos purulentos… Quisiera decir, los artistas son los grandes vómitos de la época. (…) Lo infernal de la falta de conciencia lo descubro siempre en relación con el pensamiento de los artistas

I això només són petits exemples, com ja he dit, intel•ligibles de l’extensa obra, perquè hi ha espais on, fins i tot el narrador et diu que no entén allò que li estan dient, i que et transcriu.

Així que, qui vulgui dosis de crua realitat i de ments recargolades que el llegeixi, que a mi.m’ha agradat.